La deshidratación puede afectar negativamente la función cognitiva, por lo que es importante asegurarse de beber suficiente agua a lo largo del día. Esto se debe a que el cerebro está compuesto por un 73 % de agua, e incluso una deshidratación leve puede afectar la función cerebral.
Beber suficiente agua puede ayudar a mejorar la concentración, la memoria y la función cognitiva general.
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