Recuerdo cuando jugué al primer Red Dead Redemption hace unos diez años o más, y me encantó. Ni que decir tiene, cuando por fin salió la secuela, me emocioné muchísimo.
Todo lo que me encantó del primer juego estaba presente, y aun así, los desarrolladores lograron capturar algo muy especial. La historia, una precuela del juego original, te impacta profundamente, sin importar cómo juegues: héroe o villano, RDR2 nos muestra que estamos a solo un par de minutos de ambos.
Sin desvelar la trama, RDR2 tiene un ritmo más lento que otros, pero eso te permite disfrutar mucho más de los gráficos y la atmósfera. Arthur Morgan es un protagonista excepcional, y disfruto cada minuto que paso en su piel.
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