Esta secuela intenta abordar algunas de las críticas de la película anterior. Retoma el enfoque en Newt Scamander y sus criaturas mágicas, ofreciendo una narrativa más equilibrada. Además, Mads Mikkelsen asume el papel de Grindelwald, ofreciendo una interpretación más matizada y escalofriante.
La película explora la compleja relación entre Dumbledore (interpretado por Jude Law) y Grindelwald, añadiendo un matiz emocional a la historia. Esto aporta profundidad y significado para futuras entregas.
A pesar de algunas mejoras, la película tuvo un rendimiento de taquilla inferior al de las anteriores. El futuro de la serie sigue siendo incierto, con el posible arco narrativo en el aire.
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