Saltando y bailando

¡Antes odiaba la idea de hacer ejercicio! No quería moverme y me encantaba dormir la siesta. No me gustaba el gimnasio; me parecía demasiado pequeño y lleno de gente. Tampoco me gustaba correr, andar en bicicleta ni nada parecido. Pero descubrí que, a menudo, cuando ponía música, empezaba a moverme al ritmo de la música de forma automática. Así que fui un paso más allá y empecé a moverme. Decidí que quería aprender a bailar, así que vi videos y practiqué el shuffle. En el transcurso de un año, he mejorado lo suficiente como para no pensar en los pasos y ¡simplemente me sale! Luego, mientras caminaba con música, empecé a saltar a la comba. ¡Me sentí como una niña otra vez! Mientras no me importe lo que piensen los demás, disfruto de mi música, doy paseos saltando a la comba y disfruto de la naturaleza. ¡Es mucho más divertido que correr! Además, ¡puedo dar un montón de pasos!